Apuesto mi voz, que te cantó de madrugada, que te irás en invierno cuando el calor del sol se esfume en un conjuro.
Apuesto mis gotas de sudor, que mojaron tus sueños, que subirás a la próxima estela cuando las tardes lleguen a su ocaso.
Apuesto mis besos, que agitaron tus pensamientos, que dejarás mis sábanas naúfragas cuando la luna mengüe.
Apuesto mis lágrimas, que cayeron mudas, que huirás en silencio cuando mis ojos busquen más pasión.
Apuesto que te irás ahora, cuando tus labios susurren confundidos :
sí, no...
Apuesto que volverás mañana, cuando el viento cambie y tus latidos no tengan eco ni un lugar donde anidar.
( Este poema marcó el final de 2014 sin saberlo en el momento de escribirlo)
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