La espera
Y, en la espera, recolecté dulces calabazas.
Llega el otoño y no siento la dureza de su esparto en mi espalda.
Reposo en un lecho de algas.
Hasta mis pies arrastra la corriente promesas embotelladas.
No estoy acostumbrada a la esperanza pero lamo la huella dactilar de sus tapones, viejos de añoranza.
Hallo quietud en lo inseguro.
Viajo en tus poemas que me recuerdan tanto a mi alma,
danzo sobre los zapatos perdidos de tu tardanza y
rezo hasta la extenuación para que ahogues en mi vaso las soledades y las trampas.
Mis dedos son firmes plumas blancas.
No hay virazón que los agite ni brisa ártica que arrecie su tacto
cuando habitan las curvas de tus "mañana".
Me encanta. Un enorme beso
ResponderEliminarGracias Nano. Otro enorme beso para ti.
ResponderEliminarPrecioso
ResponderEliminarGracias Antonio por pasar por aquí. Un abrazo
Eliminar