lunes, 31 de octubre de 2016


Éramos niños,
aves sabedoras de la importancia del vuelo
más que de las alas.
Alegres,
porque no escribíamos versos
respirando la desnudez de la tierra,
bailando en círculos imperfectos.
Quiso la muerte ciega
llevarse a quien no era.
Y crecimos apenas.
Éramos niños,
aturdidos por el trueno
sobre una cuerda.
Marineros en puerto
de antepasados grises,
velas plegadas
en el nido de la tormenta.
Fuiste a viajar la pena
escalando con dedos rotos
la agonía.
Y volviste.
Y contigo
las espadas de flores,
el pan, la sal y un amor para siempre.
Tu legado, madre.
Tu resiliencia.

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domingo, 23 de octubre de 2016


En mi agenda
guardo las medidas de los hombres que conocí,
un museo de números y palabras con sus anatomías. 
Trajes hechos en serie,
hormas reiterativas.
Las anoto para no olvidar sus nombres
y sus centímetros difusos de gallardía.
Los pongo en hileras como hormigas.
Van uniformados
con sus lenguas kilométricas
y sus verdades tan cortas.
Y huelen.
A tiempo pisado.
En mi agenda
no estás tú,
un patrón hecho a mi medida.
Tallo mis entrañas
y las ordeno para la magnitud
de nuestra sonrisa. 

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miércoles, 19 de octubre de 2016



Te amo para que nada me falte.
Porque si salgo de ti
me doy de bruces con la soledad
y mi corazón pasea por un campo de batalla.
Te amo para no perder la vida.
Porque si abandono nuestra trinchera
me llueven oleadas de convenciones
y mi alma cae por los balcones del páramo.
Te amo para seguir amando.
Porque si no beso tus raíces
me vuelvo sorda al discurso del orgasmo
y mis manos cambian este idioma de luz
por la fúnebre lógica.
Te amo porque el mundo es simple
si existe tu sonrisa,
porque hasta lo cotidiano
me eleva por los aires de tu mano,
porque mi cocina es un vientre
injertado de sueños
cuando derramas el café en el abrazo.
Te amo porque no se puede marcar
la felicidad en la agenda.
Porque la vida
sucede en miradas.

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miércoles, 12 de octubre de 2016


La lluvia tiende su cristalina red sonora
sobre un aliento
que ahora es mío.
Entra el otoño 
con sus suaves labios de viento
abriendo aromas.
No quedan restos de polen
en éste renacer de octubre
pero febriles mariposas
amortajan antiguas
despedidas.
Entre su piel y la mía
nace un otoño de roble
de enamoradas imperfecciones.
Y nuestra mirada
justifica los ojos.
Y la vida.

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Sueño que nazco cada mañana 
en la piel del hombre
junto al que moriré. 
Que sus brazos me nombran
con todas las letras
y que el miedo descansa
en la seguridad de su respiración.
Amarle
es la única locura permitida.

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viernes, 7 de octubre de 2016



Otra piel no basta para borrar la tuya.
Cuando no estás
la vida es un soplo de luz quebrada.
Y tu amor, que durmió conmigo,
vaga jadeando metáforas.
No cabe en un poema
el paisaje entero de mi tiempo
sin tu abrazo carnal.
Pero tu soledad y la mía juntas
nos hacen canción.
Nace un otoño sin hojas
un metro más allá de tu boca.

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miércoles, 5 de octubre de 2016



Necesito con urgencia el tamaño insoportable de tu piel detenida,
el juicio implacable de tus ojos
desnudos de tiempo,
el aroma del viento que deja tu beso
en el desafío.
Más allá, la incapacidad profunda
de imaginar las horas.
No. No te necesito para nada.
Sólo para estar viva.
Quizá la vejez venga para salvarme.

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