jueves, 31 de marzo de 2016


Que no ames luna sin piel

Que tu vida sea igual a tu sueño,
que la tarde se derrumbe
vencida la tentación de la rutina,
que no lamentes el olvido en una esquina.
Desanda la música del recelo
tira a la basura la sílaba oscura
renuncia a la boca que no arranca un desvelo.
Que el amor resuene en tí
como agua de lluvia,
que te mire como un gran abril
sin el delito del tiempo,
que sea vaso y vino.
Y desmemoria.
Emborráchate hasta los huesos
de un cuerpo con oasis y desierto,
bébete la nube huésped del cielo
y la flor que nace en el yermo.
Que vivas hasta que muerda
que mastiques lo pequeño.
Que así huele la alegría. 

3 comentarios:

sábado, 26 de marzo de 2016

Poema sin ti


Porque te amo
no te escribo un poema
que te condene a un fragmentado existir.
Te quiero libre, completo,
en todas tus edades
y me faltan vida y destreza para juntar versos
que se aproximen tan solo 
al primer cielo dichoso del encuentro.

Sin ti, el cielo huele a desamparo,
a cloro que atraviesa mi garganta sin porvenir.
Huele a orfandad de ciudad
mutilada por fatigados pasos.

Pero si sonríes,
si apenas sonríes,
el moho ya no existe.
Rehaces con tu boca
la orilla incesante de las calles
y florecen jilgueros y estrellas
a los pies de la vega.

Porque te amo
no puedo escribir solo un poema sobre ti
cuando veo el universo ceñido en tu cuerpo
forjado de estaciones 
o cuando tus abrazos,
como melocotones tiernos,
penetran golosamente hasta mi médula.

Contigo, atrincherado el pudor,
mis senos parvos lucen con fe de bienvenida
y en la luna sin invierno de tus gestos
soy un halo que se estremece 
con el latido de un arpegio.

Porque te amo
alcanzo solo a escribir:
al fin nos encontramos,
póstumos.
Al fin con los ojos abiertos.

2 comentarios:

jueves, 24 de marzo de 2016

En el final de las noches

La última vez que el gallo cante
caerá abatido en lo profundo
quien no haya conocido el secreto de las luces
quien no haya caído ebrio en la mirada ardiente de un ojo sin sueño
quien no haya bailado exhausto en la cima de una sonrisa.
Cuando la muerte en hueso se insinúe
llenará de amarga ceniza su lecho
quien no tome entre sus manos la más alta mano de amor
quien no beba en el aliento del adiós los claveles rojos de los labios destinados
quien no sirva en bandeja su ánima desnuda a la fe del amante.

En el final de las noches
cuando tiemble la carne amenazada
que tu último guardián sean
dos lágrimas agradecidas que abracen.

1 comentarios:



Grave, lenta...
Por un instante, la vida depende
de un silencio que estalla.
¡ Qué franca la piel encendida en su propia brasa!
Cuando las palabras de tierra cimbrean en la hoguera, 
un pecho libre se despoja de rabia y vuela hasta su saliva.
Grita la desnudez su blanca nube de esencia.
Campos terrenales de excrementos y orinas 
se trillan de jazmines y mares
y una fecunda riqueza envuelve de tibio sudor la mano que acaricia.
Tierno y febril es el polvo que mastico
y trago como efluvio eterno de vida.
En este resplandor de danza agonizante, 
la muerte llora sola por los rincones. 

3 comentarios:

lunes, 21 de marzo de 2016


Homenaje a mi hoja en blanco
Resultado de imagen para hoja en blanco rota y ojoMirarte es mirarme descobijada de piel,
hablarle a mi rebelde corazón sin descanso
cuyo silencio es saeta muda,
pincel deshilachado,
sombras sobre sombras.
En tu impoluta blancura
caben todos mis mundos,
mis manos pálidas de marzo
dedos de lluvia casi humana.
Por ti
engaño a la verdad y a la mentira,
sonrío a las palabras
con lágrimas de piedra que no suenan.
Soy tu refugio y el mío tú
mi bosque en llamas
mi dulce tregua
mi ceño
mi beso
mi acento
mi raíz
mi rama.
Te rompo en pedazos
y siento tu parcial desgarro
al rojo vivo.
Te uso
con egoísmo
con premura
sin moral
porque sin ti 
soy voz que se coagula.

0 comentarios:

miércoles, 16 de marzo de 2016


Fábula de los tamaños
"La vida es fábula"
escribí en las leves yemas de mis dedos
como mapa del tamaño de mis sueños
y de las calles de mi pueblo.Solo mi sonrisa al sol se extendía
como humo de tren
y contradecía mi fe en mañana.
Suspendida en la infancia
ningún espejo me llevaba al sueño
del agua clara de Macondo.
Reinaba en lo diminuto,
los pies cubiertos de tiempo,
segura en las raíces sin riego de Liliput.
Aquí los árboles eran fieles
y firme la tierra árida del cementerio.
No conocía el poder de mi cuerpo
cuando me alcanzó abril.
Mis piernas azucaradas y mi perfume de virgen hierba
abrió los poros a ciertos apetitos de devaneos.
Pensé en un paseo corto, fuera de las lindes
de mi carne y de mi pueblo;
nada de odiseas que ahogaran mi garganta.
Escapé para decirle buenas noches
a las estrellas de La Mancha,
y me parecieron romances tiernos.
Mi paso breve se tornó ligero
y mi sangre apetencia de infinito.
Descubrí que mi corazón pisaba nueva patria
cuando vi risas en mis manos
al ver risas en las suyas.
Olí su piel como un sabueso
y su boca se hizo cosecha.
En un rincón de la placita silenciosa de mi pecho, dijo,
seré tu verde alegría, el geranio de tu patio.
Seré tu Wonderland.
Y el tiempo me oyó suspirar
descalza.

1 comentarios:

Sevilla


Suena Sevilla entre sus piedras de jaramago, 
el agua de Santa Cruz mece a los amantes separados.
Recitan viejos refranes en voz baja sus naranjos
y la veleta más alta respira con los vientos
una canción y una rima de un ilustre paisano.
De guitarra, vino y clavel están cosidas sus aguas;
en ellas, los aromas breves de la mañana.
Tierra vehemente
encerrada en la lágrima de un penitente
en el beso de un volante arrimado.
¡Cómo no amar sus pedazos!
Puede la vida romperse entera
puede la vida revelarse de luz ceniza
que Sevilla, alfarera, pinta de colores el barro
para hacer mosaicos.

1 comentarios:

domingo, 6 de marzo de 2016


Tratado para la eternidad

¿Para qué buscar la eternidad 
si se oculta en tu cuerpo extendido?
Leo tu ritmo desesperado,
huelo tu sangre de universo suficiente,
bebo el aire dulce de la paz en tu boca
y el misterio deja de ser efímero.
La vida sin años, eterna vocación de verano.
La piel generosa resume la existencia. Salva.
Solo hay muerte en tus palabras
-dizque, te amo-
y te respondo con la misma letra de tu canto
-machucas la perfecta imperfección de lo humano-.
Te propongo un trato.
Calla. Guarda tu voz recelosa de viejas canas.
Pide mi cuerpo; profánalo hondo de pecado
y no me niegues del tuyo nada.
Ni una gota de semen. Ni una gota de lágrima.
La postura más sabia del amor nos crea cada día;
en el silencio.
El sol se pone pronto. Inabarcable, inacabable…
mudo.

0 comentarios:

Grietas

Hay grietas que rugen rabia y hoguera,
grietas de arquitectura terca
que gimen lastimeras como sexo en vela,
grietas que vociferan poseídas en una blusa entreabierta,
grietas que atruenan humillantes
ante el cimbreo de unas caderas.
Hay grietas de gastados compases que fermentan,
grietas de nidos de seda, de enredaderas de piernas,
grietas de llameantes tempestades
-criaturas sin juicio ni ánima-.
Y después...
después está la única grieta,
la de tu duda en mi carne,
por la que asoma la muerte,
la que mata hermosamente.

0 comentarios: