lunes, 23 de julio de 2018



No hay texto alternativo automático disponible.Cae una palabra.
Como una lágrima
sobre el pecho insondable de la lluvia.
Quiero levantarla en mis manos,
que el tiempo y la muerte
no la atraviesen con premura
en su fragilidad.
Tiembla ante el rumor de la fuente.
Tiene el agua su lenguaje.
Sé que en una sola gota
puede vivir el mar,
que un paseo con el viento
la conduce a la hondura del ocaso.
Dormir bajo la tierra
es un destino común.
En mi desatino
quiero coronarla de oro
hasta su olvido final,
besar su ondulación,
impregnar pétalos
y darles nombres.
Hacer del momento un delirio,
pulsar su perfume,
detener en mi piel su latido
antes de que se pierda en la noche
el vuelo de las últimas aves.

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