viernes, 15 de diciembre de 2017




Ahora que me falta la mitad de la vida
quiero olvidar la tentación del silencio 
y envolver de poesía desnuda tus pies.
Ha pasado el tiempo de la aspereza muda
para nacer como un grito en la palabra nueva,
en el canto de tus dedos conquistando
la alegría subterránea.
La noche es un campo preñado de trino y miel
si la mido con tus ojos.
Escucha
cómo despiertan mis besos
horadando la entraña afónica del silencio,
cómo suena un encuentro,
cómo ríe el viento.
A esta hora, de festiva luz de mediodía,
cruje el trigo al sol.
Y me queda aún la mitad de la vida.

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