domingo, 10 de diciembre de 2017

A los que intentaron matar cada fibra
de mis dominios alados,
hoy les regalo
su mundo polvoriento
su racimo de fruta seca
su maleta de harapos.

Soy dueña del aire.
He visto llorar a las nubes
el vapor de las mañanas
y al agua cavar sobre campos amargos.
Me han coronado los astros
con luciérnagas plateadas
y mi pálida cintura se desangra solo
con pétalos de dalias.
En mi piel duerme la fórmula secreta del vuelo
y en mis manos buscan consuelo,
inmensas,
las tempestades y las distancias.

A los que intentaron matar cada fibra
de mis dominios alados,
hoy les regalo el resto del aire
que me sobra.


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