Mis palabras no respiran.
Habitan en la piel otoñal de los naranjos
donde la voz del poeta plañe
como una gaita que olvidó el sabor
del vino dulce.
Habitan en la piel otoñal de los naranjos
donde la voz del poeta plañe
como una gaita que olvidó el sabor
del vino dulce.
Maúlla el viento llamando a la batalla
pero no hay manos que sepan luchar,
solo quedan dedos aferrados a una trompeta.
En la vibración de tus labios
se concentra el silencio.
pero no hay manos que sepan luchar,
solo quedan dedos aferrados a una trompeta.
En la vibración de tus labios
se concentra el silencio.
Rompe el sueño profundo de la piedra tu boca,
y la mía arroja palabras como rayos
sobre la corteza del naranjo.
Digo que te amo.
Y el sol toca tenue cada puerta de ébano
de mi garganta,
de este viejo violín cansado de afinar sigilos.
y la mía arroja palabras como rayos
sobre la corteza del naranjo.
Digo que te amo.
Y el sol toca tenue cada puerta de ébano
de mi garganta,
de este viejo violín cansado de afinar sigilos.
Nada, ni siquiera el arroyo inmóvil,
desobedece a la ternura.
Estoy esperando tu canto.
desobedece a la ternura.
Estoy esperando tu canto.
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