viernes, 3 de junio de 2016

Mañana


Mañana,
cuando caiga esta piel de pájaros muertos
las plumas sin pretérito de un corazón nuevo
volarán hacia tardes de estío sin estrenar.

Cerraré de un golpe seco de cadera
la puerta del recuerdo
y con uno de mis dedos,
marchito de caricias postergadas,
la llave de la calefacción.

Aire fresco.
Saldré al patio 
para que el crepúsculo me corone
y colgaré de mi piel
los sueños que no se oxidan
ni precisan de inspección.

Se irán sin rumbo
la tristeza agria
las manos inseguras
los contornos pálidos
y bajo el pie
ya no esperará el hueco
de la impávida muerte.

Pisaré la sombra del terrible encantamiento
y entregaré mi desnudez con embeleso
a los carnales perfumes
que soplen a través de los árboles.

Viviré fuera del destino
entre los surcos que deja en su lecho
el agua de la fuente.
Y mi boca de mujer
cambiará bostezo por arrebato
para morder
la suavidad del tiempo.


#98Palabras Prestadas

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