El precipicio de mis pupilas
El demonio ronda el precipicio de mis pupilas.
Soy mujer y a la luz me entrego
pero la luna se empeña en traerme un puñado
de estrellas herejes.
Beso al enemigo cada noche.
Me tienta, me acaricia y baña mis entrañas
de glaciales tinieblas.
Amo el recuerdo ausente de engaño
y la quemadura virgen del sexo.
En mi vientre bailaron paraísos de sabor
pero en mi corazón la lluvia huele hoy a azufre.
En mis piernas, la tentación ya no vence.
Los desalmados dioses la han repartido a pedazos
entre otros amantes sin nombre.
En mis manos no quedan paisajes. Se fueron
cabizbajos en busca de nueva sangre.
En mis labios se extinguieron mil velas escondidas.
Donde hubo hoguera quedan palabras de ocaso.
El demonio pisa tranquilo los restos.
Suenan violines triunfantes.
Me tienta, me acaricia y baña mis entrañas
de glaciales tinieblas.
Amo el recuerdo ausente de engaño
y la quemadura virgen del sexo.
En mi vientre bailaron paraísos de sabor
pero en mi corazón la lluvia huele hoy a azufre.
En mis piernas, la tentación ya no vence.
Los desalmados dioses la han repartido a pedazos
entre otros amantes sin nombre.
En mis manos no quedan paisajes. Se fueron
cabizbajos en busca de nueva sangre.
En mis labios se extinguieron mil velas escondidas.
Donde hubo hoguera quedan palabras de ocaso.
El demonio pisa tranquilo los restos.
Suenan violines triunfantes.
0 comentarios: