lunes, 5 de marzo de 2018




Llegará la luz tibia de primavera 
para alimentarse de las aguas de mi casa.
Nacerá una azucena entre mis manos
para devorar lo más cotidiano,
corredor sombrío donde se esconde
el tiempo no sangrado.
Veré despertar el rocío en mi cintura
con ojos de bienvenida
para regalarme el nacimiento del jazmín
y su agonía.
Muda es la hermosa claridad de la primavera.
No necesita de palabras y sus trampas.
Su destino es derramarse como almíbar
en el palmo de piel temblorosa
de una patria.

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