domingo, 23 de octubre de 2016


En mi agenda
guardo las medidas de los hombres que conocí,
un museo de números y palabras con sus anatomías. 
Trajes hechos en serie,
hormas reiterativas.
Las anoto para no olvidar sus nombres
y sus centímetros difusos de gallardía.
Los pongo en hileras como hormigas.
Van uniformados
con sus lenguas kilométricas
y sus verdades tan cortas.
Y huelen.
A tiempo pisado.
En mi agenda
no estás tú,
un patrón hecho a mi medida.
Tallo mis entrañas
y las ordeno para la magnitud
de nuestra sonrisa. 

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