martes, 16 de agosto de 2016



El poema se doblega
ante la gota que resbala por mi cuerpo
sabiéndose dueña absoluta del momento.
Tan pequeña en su tamaño
crece como una tormenta
ante el alarido de la piel sometida.
Estallo bajo las letras
se arquea el léxico en el abrazo
y escucho nítido
el discurso indescifrable del orgasmo
inventando tiempos verbales.
Vuelo sin palabras
en la huella que dejas
al otro lado de la cama.

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