lunes, 20 de junio de 2016


ISLA DE FLORES  


En esta tierra donde no vivo
el árbol está conforme con su campo.
Hay una casa azul sin sombras
y la luz de madrugada refleja
ceremonias sin insomnios.

No tañen campañas de iglesia,
la fe se oculta en el silencio dulce
de una sonrisa que no volveré a ver.
Sonrío,
y se abre una verja recién pintada
de futuro blanco.

En Isla de Flores,
el tiempo entre lo verde
se desploma en la piel y en las entrañas,
ebrio por los orígenes.

Un viento suave, apenas una brisa cálida,
me ha llevado hasta tí
donde el lago arrulla en guiño de colores
el secreto último.
Ya no duermo mi muerte diaria.


(Inspirado en la fotografía de Miguel Morenatti;
mi agradecimiento por permitir su publicación junto al poema )

e





turo

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