Tus manos
(a quien me descubrió los versos que hay en mí)
En sus líneas de la vida,
mi latido profeta supo el verso exacto
donde se cruzaría.
Un clamor de estelas guiaron del laberinto a la senda.
Comenzó el otoño en tus labios de viento
y pétalo musicales cubrieron la orilla de los cimientos.
Tu mirada abrió la verja pálida
y en una loca danza milenaria
amamos las hojas sin pisadas.
Más bella que la luz
fue la certeza del suspiro, de la lágrima.
No se calla.
Este amor más poderoso que mi cuerpo
no se calla.
Gime y canta bajo las estrellas
el nacimiento de una sola alma.
0 comentarios: