No soy destino
No soy destino.
Soy madera perfumada de intimidad y pórtico consagrador de heridas y evocaciones.
Beso las huellas de los miedos
mientras un testigo de nombre tiempo se regocija
en la fragilidad del tablero.
Río en los ojos turbadores del caminante
y meto los pies en su piel de sexo y oro.
Hasta el río cómplice se cala de vino hasta los huesos
y fluye al breve compás de la postura de los amantes.
No siento la levedad de los pasos que desaparecen
pero ya soy puente. Eterno puente.
Precioso
ResponderEliminarPrecioso
ResponderEliminarMuchas gracias Antonio
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