
en la sórdida vejez de la rutina
pisoteando pesadillas,
abrazada al viento frío del desengaño.
Una enorme soledad mojada
le espera bajo un silbante techo de uralita,
vago grito de madre que arruga a las estrellas.
le espera bajo un silbante techo de uralita,
vago grito de madre que arruga a las estrellas.
Supo de una noche de pasión
como antelación de una eternidad
sin pupilas .
Se sintió libre en la piel abierta.
como antelación de una eternidad
sin pupilas .
Se sintió libre en la piel abierta.
Muerto ya el sol entre sus piernas,
le acechan resquicios de aquella inmaculada perfección
ahogada en la lluvia.
le acechan resquicios de aquella inmaculada perfección
ahogada en la lluvia.
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