martes, 20 de septiembre de 2016



Entre tu boca y la mía
Dios existe.
Inventa universos de aguas y lumbre
para beber con calma de alberca
la espuma más secreta.
Entre tu boca y la mía
Dios doblega puentes férreos,
pone boca abajo el miedo de lo razonable,
desnuda una húmeda letanía
donde crecen festivos los naranjos.
Entre tu boca y la mía
Dios evoca los besos que no me diste
la melodía inacabada en mi espalda de arpa
la promesa que no me pediste:
-quédate en el abrazo-
entre tu boca y la mía.

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